Fundación Canal nos trae: «Edgar Degas, Impresionistas en privado»

Paul-Cezanne

”Edgar Degas. Impresionistas en privado” es una sorprendente colección de obras sobre papel realizadas por él mismo y por su entorno, a través de las cuales se nos permite conocer a la persona que hay detrás del artista, al Degas más íntimo y personal. Su familia, sus amigos, sus conocidos…fueron habitualmente retratados por Degas, tanto como parte de su interés por la naturaleza humana como para llevar a cabo pruebas técnicas de
experimentación artística.

Esta colección única, está formada por más de cien piezas entre las que se encuentran veinticuatro dibujos, veinte grabados, ocho fotografías, tres monotipos, una escultura y una carta de Degas, además de una selección de más de cuarenta obras realizadas por miembros de su círculo de amistades, entre los que destacan nombres muy conocidos como Cézanne, Manet Ingres, Fantin-Latour o Toulouse-Lautrec, y otros como Odilon Redon, Marcellin Desboutin o Henri Regnault, grandes artistas que el gran público tendrá ocasión de descubrir y disfrutar.

Las obras de esta exposición nos revelan una cara del artista totalmente diferente a la mostrada hasta ahora: la de su yo privado. Profundamente personal, la muestra hace aflorar las complejidades y las contradicciones de un temperamento célebre por su intensidad. En un sentido amplio, estas obras nos ofrecen una perspectiva mucho más completa de Degas, como artista en el trabajo y como individuo que lucha por materializar lo que ve, y certifican que su obra pública no habría sido posible sin su experimentación privada.

Conocer el proceso mental y la práctica artística también define al artista en la búsqueda de esta intimidad, en la que hasta sus apuntes más breves son una marca de personalidad.

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Degas en la Fundacion CanalDegas en la Fundacion Canal

La exposición se divide en dos grandes apartados. Obras de Degas y obras del entorno de Degas. A continuación se explica el contenido de cada uno de estos bloques.

PRIMER BLOQUE: OBRAS DE DEGAS

De todas las piezas que ahora se exponen pocas han podido verse antes públicamente. Degas fue muy celoso de su privacidad, y la dimensión íntima de casi todas las obras de la exposición pone de manifiesto la privacidad de sus contenidos. Se trata fundamentalmente de representaciones de sus allegados y de sus objetos personales, y se puede imaginar cómo se pasaban estos dibujos de mano en mano para ser examinados y debatidos.

1. TEMÁTICAS DE LAS OBRAS DE DEGAS PRESENTES EN LA EXPOSICIÓN

En una exposición que habla sobre la privacidad no pueden faltar los amigos y la familia, que conforman el primer círculo de intimidad del artista. Tampoco sus aficiones, su fascinación por la naturaleza humana, el mundo del espectáculo y los caballos.

a) Familia

_CACHE_12-Degas-Mme-Dumbowska-399x600_418x0La familia de Gas, incluidos los autorretratos, es uno de los pilares fundamentales de esta colección en la que además de tres autorretratos poco conocidos, se incluyen, por ejemplo, representaciones de su padre, Auguste de Gas; de su hermano, Achille de Gas; o de su sobrina italiana.,

Achille de Gas era el mediano de los tres hermanos Degas, de los que Edgar era el mayor. Este retrato, primer dibujo independiente fechado de la producción de Degas, da muestras de una curiosa mezcla de vacilación juvenil y de una confianza naciente. Las facciones del hermano están cuidadosamente ejecutadas pero faltas de decisión. El rasgo
más reseñable del dibujo es la relajada pose de Achille, cuyo brazo descansa sin ceremonia sobre el respaldo de la silla. Ese moderno sentido de informalidad es la característica
definitoria del retrato en la década de 1860, no sólo del practicado por Degas, sino también por artistas como Manet, Moreau o Tissot. Durante toda su vida Degas profesó gran cariño por Achille, a pesar de los fracasos de éste en los negocios, que desacreditaron el nombre de la familia.

Degas se sumergió en el tenaz estudio de sus propios rasgos físicos, que dejó plasmado en una serie de dos docenas de pinturas, incontables dibujos y un impresionante grabado. Y aunque la pose varía de una obra a otra, en todos los casos mantiene la misma actitud distante. Inspirado por su incansable estudio de los grandes maestros, Degas confiere a sus retratos un aire de atemporalidad clásica.

Aunque los autorretratos de perfil son poco habituales en la obra de cualquier artista, dada la personalidad experimental de Degas no debe sorprender que se enfrentara al desafío, como se puede observar en uno de los tres autorretratos que se muestran en esta exposición. (Ver pág.5 de este dossier) Este autorretrato está inspirado en otro que el artista renacentista Filippino Lippi realizó. Degas debió conocer en Florencia, durante su viaje de juventud por Italia, el autorretrato original pintado en torno a 1485 por Lippi en la Galería Uffizi. La intensidad y gravedad de la obra conectaron con la propia personalidad del Degas de aquel momento y le inspiraron. Prueba evidente de que se dibujó mirándose al espejo es que su pose en el autorretrato es inversa de la del de Lippi.

De todos los autorretratos que realizó el único que salió de su estudio en vida de Degas fue el autorretrato en aguafuerte, que también forma parte de esta exposición, varias de cuyas estampaciones dio como regalos a amigos suyos.

b) Sus amigos

Cuando Degas optó por retratar a las personas de su entorno inmediato, fueran éstas sirvientas, parientes o amigos, las sesiones de posado consistieron en relajadas visitas más que en ocasiones formales, lo que se evidencia en el resultado de las obras.

Su leal sirvienta, Sabine Neyt, la esposa de Ernest May -un conocido mecenas de la época-, Monet, Cassatt y otros grandes escritores y artistas de la época están representados en esta muestra a través de los ojos de Degas. Uno de los amigos más representados en esta colección, y con el que Degas tuvo una gran relación, es Édouard Manet. Degas no siempre fue consciente de su conexión con Manet, con quien mantuvo una relación irregular tanto en lo profesional como en lo personal. Ambos sintieron admiración por artistas similares. Existe una anécdota muy conocida que cuenta que se conocieron copiando el mismo cuadro de Velázquez, lo cual evidencia las prioridades artísticas de los dos. Degas acabaría lamentándose con Rothenstein de “no haber apreciado a Manet lo suficiente durante su vida”.

Curiosamente, a Manet y Degas también les unía su interés por la fotografía. Para los dos resultó ser un método atractivo de análisis de su proceso creativo. Una muestra de la influencia de Manet sobre la obra de Degas es la fotografía de su hermano René de Gas con los compositores Ernest Chausson y Claude Debussy, que recuerda al Déjeuner sur l’herbe (1862-1863) de Manet. Ambas obras se deleitan en la moda masculina del momento con poses relajadas y en el verdor de una fantasía neoclásica. Sin embargo, los dos retratos de Manet que realizó Degas, creados en aguafuerte en la misma época y que también forman parte de la colección, son dos de las obras gráficas más célebres de Degas y que muestran la colaboración

Mary Cassatt, otra gran amiga de Degas y colaboradora en las tareas de impresión, también está representada en esta exposición de una forma muy especial. Cassatt conoció a Degas en 1877. Llevaba varios años exponiendo sus obras en los salones de París y Degas la invitó a unirse a “La Société anonyme cooperative des artistes peintres, sculpteurs et graveurs” de la que pasó a formar parte. Mary Cassatt en el Louvre, la galería de las pinturas es uno de los grabados más conocidos que se exponen en esta colección. En el grabado se ve a una Mary Cassatt segura de sí misma y apoyada en su paraguas en el Louvre mientras su hermana menor, la tímida Lydia, permanece sentada y con la cabeza medio oculta tras una guía.

c) El mundo del espectáculo y los caballos

_CACHE_degas-3-800x566_418x0En su afán de reflejar la realidad (para Degas el realismo era más que un producto que se obtiene de la observación detenida sobre la existencia contemporánea) la preocupación or captar el movimiento con fidelidad le llevó a trabajar intensamente temas como las bailarinas o las carreras de caballos.

Degas usó el mundo de las carreras como excusa para estudiar el movimiento de los caballos, la actividad atlética de los jockeys y las relaciones sociales de los espectadores.

La primera inspiración de Degas para representar carreras de caballos surge de las estampas deportivas inglesas realizadas en el siglo XVIII a partir de las pinturas de Henry Alten y John Frederick Herring, que mostraban caballos de movimiento tan vigoroso como inexacto, con las patas totalmente extendidas.

En sus estudios Degas parece más interesado en capturar el lenguaje corporal y el gesto de los jinetes que en realizar dibujos artísticamente acabados. Más adelante utilizaba esos dibujos para construir sus pinturas y pasteles de carreras, coloristas y de una complejidad creciente, donde los jinetes cabalgan solapándose unos con otros.

Degas también mostró un enorme interés en reflejar la vida urbana, la vida de los cafés, las mujeres trabajadoras y las luces artificiales del teatro. De hecho, probablemente su mayor reconocimiento entre el público lo haya logrado gracias a sus series de bailarinas.

Degas fue un gran observador de la mujer. Por eso en sus obras, no sólo aparecen mujeres vinculadas al mundo del espectáculo, sino que también las reflejó en sus quehaceres cotidianos, como es el caso de las sombrereras, de las planchadoras y de las lavanderas. De esta manera, ofrece diferentes imágenes de las clases sociales femeninas de finales del siglo XIX con especial interés en el mundo del espectáculo. Uno de sus grabados más importante que refleja este ambiente es La chanteuse.

El burdel acabó siendo uno de los grandes temas privados de Degas. Una serie de monotipos de Degas, producida por Ambroise Vollard tras la muerte del pintor a partir de
planchas inutilizadas por el artista, revela la sensibilidad y veracidad con la que Degas abordó la vida diaria de las

prostitutas tras las puertas cerradas del burdel. La expresión que Degas utilizaba para designar el burdel se traduce literalmente por ‘casa cerrada’, recalcando así la separación de lo público y lo privado.

d) El cuerpo humano

El realismo fue un valor muy defendido por los artistas que finalmente acabarían siendo conocidos como impresionistas. Degas se centró básicamente y de forma transversal en su obra en el estudio del cuerpo humano, y nunca estuvo interesado, como lo estuvieron los impresionistas, en la pintura de paisaje al aire libre ni en captar las condiciones atmosféricas cambiantes.

Degas sentía obsesión por el cuerpo humano. Se fijaba en las personas para plasmarlas en sus dibujos y practicaba una observación del comportamiento humano, al margen de la belleza artística, para profundizar en el ser humano tal y como es.

Así, dentro de esta obsesión por el cuerpo humano, Degas fue un gran observador de la mujer, y en sus obras no sólo aparecen mujeres vinculadas al mundo del espectáculo, sino que también las reflejó en sus quehaceres cotidianos. Pintó sus cuerpos desnudos peinándose o saliendo de la bañera en las que demuestra que no dejó nunca de estudiar las capacidades expresivas del cuerpo humano.

En algunas obras expuestas en esta exposición como en Estudios de piernas y pies y estudio de una antigua cabeza de joven o en Estudios de piernas y pie, se puede observar cómo en la misma hoja plasma unos estudios del natural de las piernas y pies de una esbelta modelo. Estos dibujos son algunos de los ejemplos de su estudio artístico para consumo privado. Degas nunca pensó en mostrarlas al público. Estas imágenes forman parte de su experimentación artística y de su intento de plasmar la realidad sobre el papel.

El artista Michael Ayrton ha definido a Edgar Degas de la siguiente manera: “No deja de ser una notable paradoja que todos los impresionistas se reconocieran entre sí como hombres de buena voluntad, una reputación con la que han pasado a la posteridad a pesar de que ninguno de ellos mostró especial interés por la condición humana. Por el contrario, Degas, un macabro hipocondriaco y, en sus años postreros, un ermitaño amargado, que se labró deliberadamente una reputación de cínico, intolerante y antisemita, se implicó, de hecho, en lo humano mucho más que cualquiera de sus colegas. Sólo él cultivó la observación del comportamiento humano a expensas de la felicidad pictórica; sólo él se preocupó hondamente por el ser humano como tal y no como un objeto de interés puramente sensual u óptico… Hay en Degas algo del realismo de Zola, pero en Degas, libre como estaba de los prejuicios de la moralidad liberal, ese realismo no fue producto de la indignación moral. Observaba a sus sujetos con la distancia de un cirujano”

Datos de interés:
Fundación Canal de Isabel II, Calle Mateo Inurria 2
Hasta el 04 de mayo de 2014
Laborables y festivos 11:00 a 20:00 h.
Miércoles 11:00 a 15:00 h.
ENTRADA LIBRE

Fotos y texto: Fundación Canal de Isabel II


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